Priego de Córdoba es un lugar precioso, nos cuenta Rafa T.
Había una fuente con muchos chorritos nos sentábamos a escuchar el sonido del agua, dice Isa.
El albergue está rodeado de olivos y cortijos, a Rafa le recuerda la canción de Antonio Molina, "El cortijo de los mimbrales." También hay una granja con vacas, burros, gallinas, gatos. Vimos una gata embarazada. Uno de los gatos entró en la habitación de Isabel, buscaba comida.
También fuimos a Málaga al Parque de atracciones Tivoli. Ramón subió a la montaña rusa con Teresa, a la lanzadera, a la noria y a los coches eléctricos de choque. Siempre acompañados de sus monitores y grupo de compañeros.
La comida fue muy buena, los que más nos gustó fue la paella, y las torrijas que hicimos en en el comedor del albergue. Estaban riquísimas.
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