Con esta narración comenzamos una serie de historias que ocurrieron en
la ciudad de Alcalá de Henares en el año 1547 cuando nació Miguel de Cervantes Saavedra.
Era verano, hacía muchísimo calor y las piscinas estaban secas porque no había llovido en 10 años. Los ríos no existían, no había flores, los árboles se habían secado, la tierra estaba agrietada… El paisaje era desértico.
Pues resulta que unos novios estaban haciendo el banquete de boda en un castillo y de pronto empezó a llover gotas de vino blanco. Sí, decimos bien..
¡LLOVÍA GOTAS DE VINO!
La madrina, llevaba un traje azul claro y la cabeza cubierta con una pamela blanca y un lacito rojo que con la lluvia de vino se puso de color morado.
Los invitados, entre los que se encontraban: Don Juan Ruiz, apodado el Arcipreste de Hita y Doña Catalina de Aragón con su sobrino Fernando de Habsburgo, estaban mojados por la lluvia y borrachos por el vino.
Mientras esto sucedía los ríos empezaban a correr y las piscinas a llenarse de vino blanco.
¡Qué extraño!
-¿Qué
está pasando?- Dijo el Cardenal Cisneros según se despertaban del sueño.
¿Hay viñas en las nubes?
¡Pero no puede ser!- Respondieron extrañados el resto de invitados.
Las raíces se hunden en el suelo, no en el cielo.
Y colorín colorado, esta historia se ha terminado.
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