Un hombre se levanta lentamente. Se encuentra en un lugar desconocido para él. Donde se encuentra, es la cuneta de una carretera, pero es como si esto le estuviese pasando a otra persona, no recuerda como ha llegado allí pues lo único que ve es un vehículo que no le suena para nada.
Se trata de una bicicleta. La ropa que lleva puesta el hombre de la cuneta, no es para utilizar en una bicicleta aunque ahora esté algo estropeada. No es de su talla, es demasiado ajustada, como si hubieran querido vestirle con un traje de otra persona. Chaqueta y pantalón de color marrón, camisa blanca impoluta sin una mancha. Zapatos de vestir y corbata.
Se trata de una bicicleta. La ropa que lleva puesta el hombre de la cuneta, no es para utilizar en una bicicleta aunque ahora esté algo estropeada. No es de su talla, es demasiado ajustada, como si hubieran querido vestirle con un traje de otra persona. Chaqueta y pantalón de color marrón, camisa blanca impoluta sin una mancha. Zapatos de vestir y corbata.

No tiene la llave de ese baúl de recuerdos, le faltan detalles.
El hombre no tiene documentación que le identifique, Carnet de identidad o pasaporte. Los únicos objetos que encuentra es un paquete de tabaco americano y un encendedor aunque él no tiene la sensación del sabor amargo del fumador en su boca y ni siquiera tose. Son sensaciones desconectadas unas de otras, trozos de una vida que han pasado en un instante.
Tiene la sensación de una brisa de viento marrón oscuro que le ha besado en una mejilla, como un Judas que le ha señalado a él. Una sensación de tormenta que no conoce de donde viene ni a donde va porque no sabe su lugar en el mundo, como un tiempo pasado, una oportunidad de empezar de nuevo. Un pasado que no ha debido ser muy feliz en el que ahora es una persona sin identidad ni recuerdos pero una persona al fin y al cabo deseosa de comenzar una vida nueva.
Equipo de redacción de Letras de Interior
Idea original. Andrés E.
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